Ya sea que alimente una cadena de suministro o lo ayude a llegar a la tienda de abarrotes, el transporte es un componente fundamental de la vida moderna.
Si bien es indispensable, el transporte representa la mayor fuente individual de emisiones de CO2 en los EE. UU.. La tecnología nos permite trabajar, comprar y comunicarnos de forma global sin tener que abandonar nuestros hogares, pero la necesidad de trasladar personas y bienes de un lugar a otro no desaparecerá. A medida que el mundo exige soluciones más sustentables, muchas industrias buscan fuentes de energía más allá de los combustibles fósiles. La industria automotriz no es una excepción y está aprovechando las celdas de combustible en un esfuerzo por ayudar a preservar nuestro planeta compartido.
Alimentación del transporte de manera responsable
Las celdas de combustible ofrecen una forma más sustentable de generar electricidad para una variedad de aplicaciones. Las celdas de combustible convierten una fuente de combustible directamente en electricidad. Para las aplicaciones de transporte, la celda de combustible de hidrógeno es el tipo más común de celda de combustible utilizada. Las celdas de combustible de hidrógeno producen solo electricidad, agua y calor como subproductos de la generación de energía. Si el hidrógeno es producido por la energía renovable, todo el proceso desde la producción hasta su uso en el transporte emite cero carbono.
Los vehículos alimentados con celdas de combustible tienen el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y la dependencia del petróleo. A diferencia de los motores tradicionales, las celdas de combustible no tienen partes móviles y no requieren complicadas cajas de engranajes mecánicos para transmitir potencia. No se desgastan y funcionarán de manera confiable siempre que haya disponible una fuente de combustible. Por el contrario, los motores mecánicos estándar generalmente no duran más de 10 años.7 Las celdas de combustible de hidrógeno permiten la versatilidad, eficiencia y sustentabilidad del vehículo.
Ventajas de las celdas de combustible
Más industrias están adoptando las celdas de combustible debido a que pueden utilizar diferentes fuentes de combustible y tener ventajas operativas sobre las fuentes de energía convencionales, como las baterías y los motores de combustión.1 Estas ventajas incluyen:
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Autonomía y facilidad de reabastecimiento
Contrariamente a las baterías, las celdas de combustible no necesitan pasos independientes para la carga que pueden insumir horas y poner a un vehículo fuera de servicio durante el reabastecimiento. Los vehículos con celdas de combustible pueden reabastecerse casi tan rápidamente como los motores de gasolina tradicionales, demorando menos de cinco minutos.2
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Eficiencia
Para duplicar la capacidad de una batería, también se debe duplicar el tamaño de la batería. Sin embargo, una celda de combustible solo necesita combustible extra para duplicar su capacidad. Por lo tanto, para aplicaciones donde la carga útil es importante (como el transporte de larga distancia), las celdas de combustible son más eficientes en términos de peso de carga útil por milla recorrida.4 Además, las celdas de combustible convierten la energía química del combustible directamente en energía eléctrica útil. Por el contrario, los motores de combustión interna primero deben liberar esa energía como calor y transmitirla mecánicamente, incurriendo en pérdidas de eficiencia en el proceso. En general, las celdas de combustible operan dos a tres veces más eficientemente que los motores de combustión interna a diésel y gasolina.5
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Sustentabilidad
Debido a que las celdas de combustible que funcionan con hidrógeno emiten solo agua y calor, el aire alrededor de sus entornos es limpio y seguro para la respiración. Las alternativas, como los motores de combustión, emiten contaminación (como toxinas, partículas y gases de efecto invernadero [Greenhouse Gases, GHG, por sus siglas en inglés) de la quema de combustibles de hidrocarburos.
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Versatilidad
Las celdas de combustible también se pueden modificar para adaptarse a la aplicación deseada. Esto incluye ajustar la cantidad de energía que suministran, en función de si soportan vehículos individuales, flotas de autobuses o redes de servicios públicos que alimentan a vecindarios enteros. Los sistemas de celdas de combustible estacionarios pueden incluso ayudar a equilibrar la red de energía al suministrar energía complementaria cuando las fuentes intermitentes de energía (como las renovables) no satisfacen la demanda de energía.6