Las escenas que hemos vimos de los hospitales en todo el mundo nos dejan un fuerte mensaje: unidades de cuidados intensivos desbordadas, trabajadores de la salud cubiertos de pies a cabeza con equipo de protección personal (EPP), largas filas de personas que esperaban para recibir atención o para realizarse una prueba. Más allá de los centros médicos, vimos que la vida también había cambiado de alguna manera. Las calles, las tiendas y los restaurantes estaban silenciosos, si no desiertos, y aquellas personas que estaban afuera usaban mascarillas.
Si bien la pandemia ha cambiado nuestras vidas en poco tiempo, nos ha dado la oportunidad de mejorar la medicina y preparar a la sociedad para la próxima infección viral, la creciente ola de enfermedades crónicas y la transformación hacia la medicina conectada. Ya se emplean materiales avanzados para que la medicina pueda adaptarse a los desafíos que trajo la COVID-19, pero la importancia de estos materiales solo aumentará en los años venideros.
Enfrentar la crisis actual
Un nuevo patógeno contagioso, como el coronavirus, se propaga rápidamente a través de la población, satura hospitales y aumenta la necesidad de tratamiento. Para principios de enero de 2021, más de 90 millones de personas en el mundo se habían contagiado del virus, y casi 2 millones de personas perdieron la vida; y los números siguen subiendo.
El uso de la mascarilla en el mundo es una de las mejores cosas que los individuos pueden hacer para minimizar la transmisión, y es posible que se convierta en una norma social incluso después que el virus haya desaparecido. Los fabricantes de EPP ya trabajan a toda máquina y el mercado seguirá creciendo para alcanzar una proyección de USD 33,400 millones para el año 2027.1 Si bien las mascarillas concentran toda la atención, los monos y las batas representan una proporción mucho mayor (45,7 %) del mercado de EPP en la atención médica, y todos los tipos de EPP seguirán siendo algo frecuente en toda la industria de la atención médica. También una gran cantidad de consumidores probablemente sigan utilizando EPP cuando salgan de su casa, motivados por el temor a contagiarse ahora o en el futuro. Muchos gobiernos no tuvieron suficientes equipos de protección personal durante este brote e invertirán en fabricar reservas para poder lidiar con amenazas futuras. Afortunadamente, los fluoropolímeros, como Teflon™, aumentan la durabilidad y la vida útil del EPP y pueden mantener seguros a los profesionales médicos y a la sociedad en general.
Estaremos más preparados para el próximo patógeno.
Pero primero tenemos que pasar por este, y para poder hacerlo, necesitamos más pruebas, y finalmente, una vacuna. Los lubricantes Krytox™ sellan los kits de prueba de manera que no crezcan bacterias indeseadas que inhiban los resultados precisos de las pruebas. Las membranas de separación de gas Teflon™ AF hacen que sea posible la realización de pruebas precisas en primer lugar. En lo que respecta a las vacunas, se ha descubierto una segura y eficaz y miles de millones de dosis deberán producirse y distribuirse. Los fluoropolímeros desempeñan una función central aquí también. De nada vale invertir miles de millones en una vacuna si las dosis individuales no pueden conservarse puras; las películas Teflon™ que se encuentran en la parte inferior de los tapones de los frascos de las vacunas pueden hacer que este precioso líquido salvador se conserve eficaz y sin contaminación alguna.
Cambiar las necesidades de atención médica
Uno espera que la vacuna termine con el brote de coronavirus para siempre, pero habrá impactos duraderos. Cuando la enfermedad de la COVID-19 se torna grave resulta ser una enfermedad debilitante, incluso para aquellos que sobreviven. Muchos terminan con daño pulmonar a largo plazo, lesiones hepáticas agudas, o incluso defectos neurocognitivos. Esto solo empeora la carga creciente de enfermedades crónicas en el mundo. Las personas viven más tiempo y en condiciones más densas. A medida que más personas emergen de la vida de supervivencia, y con frecuencia se reubican en entornos urbanos, aumentan las tasas de enfermedades cardíacas, asma y presión arterial alta. Necesitarán más cirugías y más productos farmacéuticos; los fluoropolímeros son ingredientes esenciales en ambos debido a la resistencia a los productos químicos, la inercia biológica, la estabilidad térmica y el bajo coeficiente de fricción. Teflon™ recubre las guías de catéter y ayuda a proporcionar dosis precisas de medicamentos inhalados. La anestesia, la prueba de esfuerzo, los respiradores y los monitores de asma dependen de la permeabilidad selectiva de las membranas de oxígeno Nafion™ resistentes a los productos químicos y a los cambios de temperatura. Estas membranas también hacen posible las herramientas que los científicos emplean para biotecnología avanzada y para descubrir y fabricar nuevos fármacos.
El mundo de atención médica conectada que se aproxima
Luego nos encontramos con los cambios que se relacionan con la medicina en sí. La pandemia nos ha enseñado el potencial de una mayor conectividad en la atención médica. La telemedicina ha llegado para quedarse si suponemos que los modelos pagados pueden desarrollarse y eso conlleva una necesidad aún mayor de contar con sistemas de registros de salud electrónicos.2 Dichos sistemas son solo una parte de la nube de atención médica que se aproxima. Los proveedores de atención médica están comenzando a hacer uso de la computación en la nube, las redes 5G, la inteligencia artificial, el procesamiento del lenguaje natural y el Internet para cuestiones médicas, y Teflon™ puede hacer todo esto posible.3 Sus propiedades eléctricas únicas, resistencia a altas temperaturas e importancia para fabricar semiconductores ofrecen la base sobre la que el mundo de la tecnología médica wearable y la medicina conectada pueden desarrollarse.
Nafion™, Krytox™, Teflon™, y otros materiales avanzados producidos por Chemours son partes esenciales en la preservación de la salud y el bienestar de los seres humanos. El conocimiento único de Chemours sobre los fluoropolímeros y su habilidad en el desarrollo de soluciones únicas pueden ayudarnos a lidiar con la crisis de la COVID-19, reducir la carga de las enfermedades crónicas, prepararnos para brotes infecciosos futuros y guiarnos en una nueva era de la medicina conectada. Si bien es una época difícil para todos, las medidas que estamos tomando para enfrentar esta pandemia y para preparar el sistema médico mundial para próximos desafíos en lo que respecta a la salud de las personas nos ayudará a reducir el sufrimiento y salvar vidas en el futuro.